A una iglesia casera de 1000 miembros, el gobierno cubano le ha prohibido que se reúna para los servicios. En las últimas semanas, el gobierno anunció que las iglesias en Cuba podrían comenzar a reunirse nuevamente de manera presencial el domingo 10 de octubre. Sin embargo, el 8 de octubre, la iglesia casera de Amparo Gallo en Santa Clara recibió la noticia por parte del gobierno de que no se le permitiría reunirse para los servicios presenciales. Oremos por sabiduría de Dios para estos hermanos y hermanas mientras determinan cómo honrar a Dios en medio de las restricciones del gobierno cubano, y oremos por que el gobierno levante las restricciones. Haga clic aquí para conocer más sobre la persecución contra los cristianos en Cuba y saber cómo orar.
Leer másVarios pastores de Asia Central les han enseñado fielmente el evangelio a los niños, aunque sea un acto ilegal. En muchos de los países que antes eran parte de la Unión Soviética, enseñarles algún tipo de religión a los niños menores de 18 años es ilegal. Como seguidores de Cristo, estos pastores saben que es importante que los jóvenes conozcan la Biblia y pongan su fe en Dios desde pequeños. Algunos de los pastores tienen campamentos de verano para niños, y estos campamentos atraen participantes tanto cristianos como no cristianos. De hecho, algunos de los niños provienen de familias musulmanas quienes agradecen las lecciones y las actividades que sus hijos experimentan. Oremos por estos líderes que enseñan a los niños y corren este riesgo, y por que los niños aprendan mucho acerca de Dios.
Leer másVarios cristianos somalíes están de luto por la pérdida de una mujer cristiana influyente. Un hombre que sirvió a su lado escribió: «Los que quedamos atrás quizá nos entristezcamos porque echamos de menos a nuestros hermanos y hermanas, pero los creyentes que mueren están felices de estar con Cristo. En [Somalia], los seguidores de Cristo tienen su mirada puesta en el cielo donde no hay más dolor. Aquí en la tierra, la vida puede ser solitaria. Las familias y la comunidad de cristianos [no pueden] compartir sus creencias. Los pocos discípulos con los que se las arreglan para compartir el evangelio rara vez se reúnen regularmente. No hay edificios de iglesias ni reuniones para tener compañerismo. En raras ocasiones, pueden reunirse para adorar juntos en casas privadas. Estos creyentes tampoco tienen el consuelo de recibir atención adecuada en los hospitales cuando se enferman. Los desafíos siguen y siguen. [Nuestra hermana que murió] dedicó su vida a servir a su gente debido a su fe en Cristo. Dejó su comodidad para viajar a un país que sufre de guerra, hambruna, el colapso de los cimientos civiles y terrorismo. Pasó años separada de su familia, apartada de sus hermanos y hermanas en
Leer másNaomi miró a su hija, Ruth. Estaba asustada, exhausta y pensaba que estaban a punto de ser asesinadas. «¡Conviértanse al islam o morirán!», les gritó uno de sus secuestradores. Varios hombres enmascarados quienes llevaban armas de asalto habían raptado a Naomi y Ruth de su casa en medio de la noche. A juzgar por la brutalidad de sus secuestradores, Naomi estaba segura de que eran miembros de Boko Haram, un grupo musulmán militante que intentaba apoderarse del territorio en el norte de Nigeria y expulsar a todos los cristianos. Boko Haram quiere crear un estado islámico puro basado en principios ultraestrictos. Han atacado instituciones gubernamentales e incluso mezquitas por considerarlas demasiado liberales. Muchos musulmanes nigerianos no cumplen con sus estándares. Naomi sabía que los cristianos eran el objetivo principal de Boko Haram, y había oído historias repetidas de cómo habían entrado en las aldeas cristianas y matado a todos. Tenía miedo de que ella y Ruth fueran las siguientes. Los secuestradores las hicieron marchar durante horas por el monte hasta que llegaron a su campamento. Entonces las violaron a ambas. Ahora sus secuestradores les estaban exigiendo que se convirtieran al islam. Naomi sabía que hablaban en serio sobre matarlas. Cuando
Leer másNi un solo cristiano vivía entre las treinta familias de una aldea remota en el sudeste asiático. De modo que cuando un evangelista llegó un día para compartir el evangelio, muchos estaban ansiosos por escuchar lo que tenía que decir. La policía también tomó nota. Veinte aldeanos respondieron al mensaje del evangelista y entregaron sus vidas a Cristo. Pronto hicieron pública su nueva fe y fueron bautizados en un río cerca de su aldea. Para ellos, no había vuelta atrás a su camino anterior. Los nuevos cristianos comenzaron a reunirse en casa de uno de los creyentes, y recibieron Biblias impresas en su lengua materna. También se les dieron algunos himnarios para que pudieran cantar canciones de adoración juntos. Una pequeña estructura de madera con un techo de metal corrugado se convirtió en la primera iglesia casera de su pueblo, y las autoridades no estaban contentas. «A la policía no le gusta que el cristianismo se extienda a una aldea que antes no tenía cristianos», dijo un obrero cristiano del sudeste asiático. El cristiano más cercano fuera de la aldea vive a diez kilómetros de distancia. Menos de dos meses después de que estos aldeanos pusieran su fe en Cristo, la policía
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