Ipolite Kimono asistió a una capacitación patrocinada por VOM en 2021 con el fin de aprender estrategias para ayudar a aquellos que han experimentado un trauma. Los rebeldes atacaron la iglesia de Ipolite en 2014 y asesinaron a su esposa, a sus dos hijos y a su hermano junto con muchos otros. Ipolite escapó por una ventana, y ha pasado los últimos años luchando con el dolor de su pérdida. «Mi corazón estaba roto —dijo—. Constantemente pienso en la situación, y las visiones vuelven a mi mente, y revivo ese horrible momento». Sin embargo, a través de la capacitación, el mismo Ipolite ha encontrado sanidad conforme ha aprendido a ministrar a otros que han experimentado un trauma. «He podido perdonar totalmente a esos perpetradores a partir de la capacitación —dijo—. Ahora ayudo a otras personas en la iglesia que han sido traumatizadas». Oremos por Ipolite mientras ministra a los quebrantados y lastimados. Oremos por que continúe experimentando la sanidad de Dios a medida que consuela a los demás.
Leer másLos cristianos de la aldea de Obiri están buscando reconstruir su iglesia después de que fue destruida en un ataque reciente. Los extremistas religiosos derribaron los muros de la iglesia, arruinaron un generador y el equipo de sonido, y quemaron 400 Biblias. Los ataques contra los cristianos han aumentado dramáticamente en esta región de Burkina Faso en los últimos años, y la distribución de la Biblia es difícil en medio de los riesgos de seguridad y los problemas de alfabetización. Oremos por que estos creyentes permanezcan firmes en su fe mientras se recuperan del ataque, y por que Dios proporcione un nuevo lugar para que se reúnan para la comunión y la adoración. Oremos también por que los atacantes lleguen a la fe en Cristo. Haz clic aquí para informarte sobre la persecución de los cristianos en Burkina Faso y saber cómo orar.
Leer másDespués de visitar varios hospitales y de que un médico brujo no logró curar a Phan de su enfermedad en curso, su esposa, Yun, decidió llevarlo con sus parientes cristianos. Cuando Phan y Yun escucharon el evangelio y Phan pronto experimentó la sanidad, la pareja decidió poner su confianza en Jesucristo. Al regresar a casa, los padres de Phan, con quienes vivían, se enteraron de su nueva fe. Le dijeron a Phan que su familia no podía vivir con ellos a menos que renunciaran a su fe cristiana. Phan y Yun se mantuvieron firmes en su fe, y los padres de Phan los echaron. La pareja y sus dos hijos pequeños están empezando de nuevo sus vidas en otro distrito. Están viviendo con los parientes de Yun, pero no tienen nada propio. Oremos por que continúen creciendo en su fe a pesar de sus circunstancias actuales. Oremos por que Dios provea para todas sus necesidades y que puedan compartir el evangelio con la familia de Phan. Haz clic aquí para informarte sobre la persecución de los cristianos en Laos y saber cómo orar.
Leer másMelissa tenía solo cuatro años cuando perdió a su madre. El 1 de julio de 2012, fue a la iglesia con su madre en Garissa, Kenia, como de costumbre. Melissa fue a la escuela dominical mientras que su madre, Sandra, se unió a la adoración con otros miembros de la iglesia Africa Inland Church. Pero el servicio terminó abruptamente cuando hombres armados irrumpieron en el santuario y abrieron fuego contra los fieles. Melissa se amontonó con los demás niños en la escuela dominical mientras los fieles huían del edificio. Más tarde, después de que otros padres ya habían recogido a sus hijos, la mejor amiga de Sandra recogió a Melissa y le dijo que su madre estaba en el hospital. Al día siguiente le dijeron que su madre había muerto. En el ataque, llevado a cabo por miembros del grupo militante musulmán Al Shabab, murieron 14 creyentes y 58 resultaron heridos. Doce niños quedaron huérfanos ese día, y La Voz de los Mártires ha ayudado a apoyarlos desde el ataque. Melissa está siendo cuidada por sus abuelos ancianos. Al igual que muchos en la zona, son agricultores de subsistencia en una región propensa a la sequía donde los cultivos no son
Leer másMuchas de las víctimas de ataques que están siendo atendidas en un hospital de rehabilitación dirigido por cristianos en Gboko, estado de Benue, Nigeria, no pueden ocultar sus heridas. Los yesos y las muletas identifican claramente qué extremidades han sido heridas, o amputadas, por el machete de algún extremista musulmán. Pero las heridas que Solomon Samaila, de 25 años, recibió en un ataque en diciembre de 2013 contra su aldea en el estado de Taraba, Nigeria, son menos evidentes: tiene que mostrarlas. Después de compartir con tranquilidad y paciencia su historia del ataque, se quita la camiseta y se vuelve hacia la pared. Las cicatrices y las ampollas de su espalda muestran que ha sufrido quemaduras graves. Las quemaduras son el precio que Solomon pagó por rehusarse a negar a Jesucristo como su Señor. Es un precio que acepta humildemente. «Cristo mismo sufrió —dijo—. La salvación que tengo en Cristo no fue gratuita, sino que se pagó con un precio para salvarme. Así que, igualmente, siento que estoy preparado para sufrir en persecución por la salvación que tengo en Cristo. No volveré atrás». ATACADO POR SUS VECINOS El ataque a la aldea de Solomon no fue llevado a cabo por
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