Aaron y Khalil Hassan son dos hermanos que huyeron a Líbano después de que el autoproclamado Estado Islámico (ISIS) los expulsara de su granja de albaricoques en 2013. Mientras estaban en Líbano, los hermanos oyeron el evangelio y pusieron su fe en Cristo. Cuando regresaron a Siria, encontraron sus granjas saqueadas; el ISIS había cortado todos los albaricoques y los había usado como leña. Además, sus tierras de cultivo tomaban agua prestada de pozos en propiedades vecinas, y cuando esos vecinos descubrieron la nueva fe en Cristo de Aarón y Khalil, los vecinos cortaron el acceso de los hermanos al suministro de agua. VOM está ayudando a los hermanos a reconstruir su granja, por medio de replantar 600 albaricoques y de construir un sistema de riego para reemplazar su suministro de agua perdido. Oremos por que estos hermanos sean un testimonio fiel de Cristo para su prójimo. Oremos por que den fruto mientras cultivan la tierra para la gloria de Dios. Haz clic aquí para informarte sobre la persecución de los cristianos en Siria y saber cómo orar.
Leer másMuchos miembros de la etnia yao han creído en Cristo a lo largo de los últimos 18 meses, lo que ha llevado a un aumento de los ataques islamistas contra los cristianos de la región. «Las tensiones han alcanzado un nuevo nivel durante la última parte de este año —compartió un obrero de primera línea—. Los cristianos conversos del islam están siendo atacados físicamente y cazados». La reacción islámica a la difusión del evangelio está ocurriendo también en otras partes de Malawi, donde los musulmanes les están permitiendo el acceso a las fuentes de agua solo a los que se convierten al islam. En una zona, una turba de extremistas musulmanes atacó y destruyó una iglesia y la casa de un pastor local después de descubrir materiales de divulgación destinados a compartir a Cristo con los musulmanes; ese pastor ahora está escondido. Oremos por paz para este pastor y otros en su comunidad que están siendo atacados por promover el evangelio entre los musulmanes. Oremos por que los creyentes yao continúen alcanzando a su pueblo con las Buenas Nuevas de Jesucristo a pesar del aumento de la oposición, y por que los opresores pongan su fe en Cristo.
Leer másVarios líderes de la iglesia de Uganda han recibido informes de que extremistas violentos están planeando ataques contra las iglesias, algunos incluso usando explosivos en forma de Biblias para llevar a cabo sus ataques. Debido al aumento de las amenazas de violencia, se ha aconsejado a los obreros de primera línea que aumenten las medidas de seguridad en las reuniones de la iglesia para proteger a los creyentes del creciente riesgo. «Necesitamos orar ahora más que nunca», dijo un obrero de primera línea. Oremos por que los creyentes en Uganda se mantengan firmes en Cristo en medio de la creciente oposición a su fe cristiana y por que tengan valor a pesar de las amenazas. Oremos por que los que se oponen al evangelio reciban la salvación en Cristo. Haz clic aquí para informarte sobre la persecución de los cristianos en Uganda y saber cómo orar.
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Habila Adamu y su familia despertaron por el sonido de alguien que estaba golpeando la puerta principal de su sencilla casa en el norte de Nigeria. Eran las 11 de la noche, mucho más tarde de la hora para una visita vecinal; por lo tanto, la única razón para que alguien estuviera llamando a la puerta era una emergencia o, peor aún, un ataque a su aldea. El golpeteo en la puerta fue seguido por el sonido de hombres que le gritaron a Habila para que saliera con su familia. Habila se apresuró a vestirse. Cuando entró a la estancia delantera con su esposa Vivian, y su hijo pequeño justo detrás de ellos, se encontró con unos intrusos que llevaban túnicas y máscaras. Uno estaba armado con un AK-47. Habila hizo una breve oración al Señor. Después de anunciar que estaban allí para hacer la obra de Alá, los hombres comenzaron a hacerle preguntas a Habila. Le preguntaron su nombre, su profesión, si era policía o militar y si era cristiano o musulmán. «Soy cristiano», respondió. Vivian estaba aterrorizada, sabiendo que los hombres eran miembros de Boko Haram. Los intrusos le dijeron a Habila que le estaban dando la oportunidad
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La piel clara de Adam y sus rasgos árabes lo delatan inmediatamente como somalí en su país de adopción, Uganda. Cuando sus alumnos en la escuela de capacitación misionera se encuentran con él, las primeras palabras que les vienen a la mente son «terrorista» y «espía». Pero Adam disfruta de la oportunidad de poner de cabeza sus estereotipos al compartir cómo se convirtió en una nueva criatura en Cristo después de varias décadas como musulmán practicante. A LA FUGA A los 17 años, después de que su padre fue asesinado por el grupo islamista somalí Al Shabab, Adam se unió a los casi dos millones de somalíes que han huido de la violencia en su tierra natal para vivir en otra parte. Se trasladó a Uganda, donde tenía familiares entre los 40 000 refugiados somalíes que ya vivían allí. Al reflexionar sobre sus experiencias, se dio cuenta de que «los somalíes no estamos sufriendo a manos de las personas que odiamos, sino que estamos sufriendo a manos de las personas que amamos». Si la fe islámica había motivado a Al Shabab a matar a su padre, Adam no quería tener nada que ver con ellos. Comenzó a buscar algo más, y
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