Atentados con bombas en iglesias de Surabaya
Indonesia
Eran las 7:30 de la mañana de un domingo cuando dos hermanos, de dieciséis y dieciocho años, se dirigieron en motocicleta a la Iglesia Católica Santa María en Surabaya, Indonesia, e hicieron detonar sus explosivos. Se mataron a sí mismos y a otras seis personas en la explosión.
Cinco minutos después, el padre de los muchachos llevó un auto lleno de explosivos a la Iglesia Pentecostal del Centro de Surabaya. Las bombas explotaron fuera del edificio, y mataron al conductor y a seis feligreses.
En otra parte de la ciudad, la madre y las dos hermanas (de nueve y doce años) de los muchachos seacercaron a la Iglesia Cristiana Indonesia Diponegoro con explosivos atados a sus cuerpos. Cuando un guardia de seguridad las detuvo, los detonaron, y se mataron a sí mismas y al guardia de seguridad. Ningún miembro de la iglesia murió en la explosión.
A single family attacked three separate churches within a span of ten minutes. Twelve Christians were killed, and more than forty men and
women were injured.
Una sola familia atacó tres iglesias diferentes en un lapso de diez minutos. Doce cristianos fueron asesinados, y más de cuarenta hombres y mujeres resultaron heridos.
Poco después de los ataques, el autodenominado Estado Islámico (EI) se atribuyó la responsabilidad de los atentados. Los investigadores finalmente se enteraron de que la familia había pasado un tiempo en Siria y estaba trabajando con Jemaah Ansharut Daulah, un grupo militante indonesio con estrechos vínculos con el EL.
Indonesia es la nación con mayor población musulmana del mundo. Aunque los ataques contra los cristianos allí se han vuelto menos comunes en los últimos años, la radicalización es un problema creciente. Los atentados con bombas en Surabaya, generalmente conocida como una comunidad pacífica, marcaron el primer incidente de atentados con bombas contra iglesias en la Ciudad.
Sin embargo, en lugar de infundir miedo en los cristianos del lugar, los atentados los han unido. «Loque esperan es que sospechemos unos de otros, nos odiemos y nos encerremos para que puedan aterrorizarnos con mayor facilidad», dijo un líder de la iglesia. A pesar de todo, los miembros de la iglesia se mantuvieron unidos, cuidando de sus heridos e incluso comenzaron el proceso de reconstrucción. No han permitido que el miedo los ahuyente. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen», dijo el líder, haciendo eco de la oración de Jesucristo en la cruz.
«De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan» (1 Corintios 12:26)