Después de que un pastor fuera asesinado por compartir el evangelio con sus vecinos hindúes, su hermano tomó su lugar para continuar el ministerio.

El pastor Harman se llenó de temor al responder a una llamada nocturna a su puerta el 15 de agosto de 2015. Cuando abrió la puerta se encontró con tres naxalitas armados, guerrilleros asociados al Partido Comunista de la India. Y más atrás, alrededor de su casa, había otros 20 militantes armados.

Durante sus cuatro visitas anteriores, los guerrilleros le habían advertido tranquilamente al pastor que dejara de compartir el evangelio con los hindúes del pueblo. Pero esta visita fue diferente.

Rodeado por hombres armados con AK-47, el pastor fue escoltado fuera de su sencilla casa y hacia la oscuridad de la noche. Como temía por la vida de su marido, la esposa de Harman, Ashna, los siguió, y dejó a sus dos hijos pequeños con su suegra.

Los guerrilleros llevaron a Harman a la casa del líder de la aldea y, tras una breve reunión, lo acompañaron hacia un bosque cercano. Uno de los hermanos menores de Harman, Vihaan, quien se había enterado del secuestro por su madre, llegó justo antes de que el grupo entrara en el bosque. Le suplicó al grupo que liberara a su hermano, pero el líder de la guerrilla se limitó a hacerlo a un lado y siguió caminando.

Los guerrilleros apagaron sus luces cuando se adentraron en el denso bosque por lo que Vihaan solo pudo seguir sus movimientos por el débil crujido de las ramas y las hojas a medida que se alejaban.

«Me sentí muy triste —dijo Vihaan—. No había nada que pudiera hacer».

La familia de Harman pensó que era muy inusual que los naxalitas pusieran tanta atención en la fe de un solo individuo. El grupo maoísta, que recibe su nombre de la aldea de Naxalbari, en Bengala Occidental, donde se originó en 1967, suele desafiar a los líderes políticos y al gobierno.

La familia cree que miembros del Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), un grupo paramilitar nacionalista hindú vinculado al partido gobernante de la India, el Partido Bharatiya Janata (BJP), reclutaron a los naxalitas para presionar al pastor con el fin de que dejara de convertir hindúes al cristianismo. Los miembros del RSS viven en casi todas las aldeas de la India y, en los últimos años, se han vuelto más antagónicos contra los cristianos, ya que el grupo pretende hacer de la India una nación puramente hindú.

Ashna dijo que su marido siempre daba la misma respuesta cuando se le pedía que abandonara su fe cristiana y dejara de compartir el evangelio. «Les decía: “No voy a dejar a mi Jesús, tengo fe en Él; Él es el verdadero Dios, así que no me voy a ir. No voy a abandonar mi fe. Hagan lo que quieran conmigo, pueden matarme, pero no voy a dejar mi fe”».

«QUE DIOS LOS PERDONE»

La familia de Harman comenzó a buscarlo a primera hora del día siguiente. No se detuvieron a comer ni a descansar hasta bien entrada la noche cuando les venció el cansancio. Entonces, poco después de volver a casa para descansar, dos disparos lejanos destrozaron la poca esperanza que aún tenían.

La madre de Harman, Uma, se desmayó, y Vihaan envió a su hermano menor a ver qué podía averiguar sobre los disparos. Media hora más tarde, regresó y les dijo que había encontrado el cuerpo de Harman tendido en un charco de sangre en el costado de un puente a unos ochocientos metros de distancia.

La familia enterró a su querido hijo, esposo, padre y hermano, y se despidió de un hombre que solo quería amar a la gente como lo había hecho Jesús. Ashna aún llora al pensar en la muerte de su marido. Aunque sabe dónde está ahora, sigue desolada porque no está con ella.

«Me alegro de que mi marido fuera un buen hombre y de que muriera por Cristo —dijo sollozando—. Está en el cielo, estoy contenta con eso. No puedo perder la fe, sigo siendo fiel. Que Dios los perdone. Perdono a la persona que hizo todo esto».

EL LEGADO DE UN HERMANO

Durante los siete años de Harman como pastor, Vihaan observó el sincero y profundo cuidado que mostraba a su iglesia. Observó cómo su hermano trataba a todos los que conocía, fueran seguidores de Cristo o no, como a un querido amigo necesitado del amor de Cristo.

An Indian man sits reading the Bible to kids in church

«Si alguien resultaba herido en la carretera, lo llevaba a recibir tratamiento médico —dijo Vihaan—. Si alguien necesitaba sangre, él la donaba. Si había una forma de ayudar, lo hacía».

Tras la muerte de su hermano, a Vihaan se le rompió el corazón al ver que varias de las diecisiete familias de la iglesia de Harman volvieron al hinduismo. Eso lo impulsó a asumir el cargo de pastor de la iglesia para honrar no solo a Dios, sino también a su fiel hermano. Desde entonces, algunas de las familias que se habían marchado han regresado, y otras nuevas se han incorporado.

Vihaan sigue visitando a los creyentes en sus casas para orar por ellos y animarlos en su fe. También dirige a su iglesia en un tiempo de ayuno y oración cada mes y viaja a los pueblos vecinos para compartir el evangelio.

VOM les ha proporcionado a la esposa, los hijos y la madre de Harman comida y refugio mientras siguen de luto por su muerte. «Ahora que Harman se ha ido, me quedan dos hijos —dijo Uma—.Temo que estén siguiendo la pista de lo que hace mi otro hijo, eso sigue ocurriendo. Los naxalitas y otras personas están pendientes de lo que hace, así que tengo miedo de perderlo también. Oren por su protección».

Al igual que Harman, Vihaan quiere que las 160 familias del pueblo conozcan a Jesús. Y también, al igual que su hermano mayor, está dispuesto a dar la vida si es necesario.

«Si ocurre algo en la obra del Señor, estoy preparado para ello —dijo—. No tengo miedo».

Pastor indio asesinado por guerrilleros naxalitas
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