Niño sobrevive a ataque de las FARC y se convierte en pastor en zona roja
Colombia
A medida que el sonido de los disparos se hacía más fuerte, Luis, de 10 años, y su hermano corrieron a su habitación y se arrastraron debajo de su cama. Sabían que los disparos significaban que los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estaban atacando nuevamente su pequeña aldea selvática en una de las «zonas rojas» de Colombia: áreas particularmente peligrosas.
Cuando los soldados del Ejército Colombiano llegaron para repeler el ataque, los guerrilleros tomaron como rehén al padre de los niños para ayudarse a escapar. Aunque lo liberaron cuatro horas después, los combates entre la guerrilla y las fuerzas gubernamentales se prolongaron durante días. Muchos de los amigos de Luis murieron en el ataque.
SON HECHAS NUEVAS TODAS LAS COSAS
Luis encontró la verdadera paz en Cristo a los 13 años e inmediatamente sintió la necesidad de ayudar a las personas en aldeas como la suya que habían sufrido la insurgencia durante décadas. «Me dijo que era mi Dios y mi Padre, y que siempre estaría conmigo —dijo Luis—. Sentí que el amor de Dios regresaba a mi vida».
Con sus pequeños ahorros, Luis compró libros, juegos y otros artículos para distribuir en su antiguo pueblo, que seguía bajo amenaza. También trajo Nuevos Testamentos y se los dio a todos con los que se encontraba, incluidos policías, soldados y guerrilleros.
«Les decía: “Jesús todavía te ama a pesar de todo el dolor que has causado” —dijo—. Tenía miedo, pero pensé: “Si muero, muero con Cristo”».
Ya de adulto, Luis sirve como pastor en un área controlada por un grupo paramilitar. Supone que miembros del grupo asisten a sus servicios religiosos semanales, escuchan lo que dice y les informan a sus autoridades. Sabe que podrían decidir que es una amenaza en cualquier momento y darle 24 horas para irse, como lo han hecho con muchos otros pastores.
«No tengo miedo —dijo—. Esta es mi pasión. Tengo un llamado de Dios para predicar en estas áreas de alto riesgo. Deseo seguir reflejando a Cristo».
Luis tiene una compasión especial por los demás que ministran en áreas difíciles. Aunque todavía es joven, ya les da capacitación a los pastores que trabajan en las zonas rojas.