El Dr. Berhane pasó 11 meses en prisión en Eritrea debido a su testimonio cristiano. Lo siguiente ha sido editado y extraído de una entrevista del Dr. Berhane con el presentador de VOM Radio, Todd Nettleton. Me encontraba trabajando en el hospital cuando un día vino la policía secreta y me arrestó, y me envió a prisión, y estuve allí 11 meses. En ese entonces (cuando fui arrestado), yo era un nuevo creyente, pero aún así creía que mi futuro estaba en manos de Dios. Quería usar la oportunidad para compartir el amor de Dios a los guardias de la prisión, a mis compañeros prisioneros, los reclusos, y Dios abrió esta oportunidad. Todos los días aplaudía y los prisioneros se acercaban y les compartía el evangelio. Cuando estás en prisión lo que ves es acoso; todos te gritan, los prisioneros pelean entre ellos y los guardias no son amables contigo. Pero, si puedes mantener esta paz interna, es gracias a Jesús. Quieres compartirle esa paz a los guardias y a los prisioneros. Algunas veces, ves a personas siendo tocadas por eso y quieren escuchar más al respecto. De modo que esto me anima para hacer más y más. Algunas personas
Leer másComo sabían que regresar a Irán representaba un gran riesgo, Soro y Ali siguieron fielmente el llamado del Espíritu para compartir el evangelio con aquellos que de otra manera nunca lo hubieran escuchado en uno de los países más restringidos del mundo. Soro corrió las cortinas contra el sol en preparación para la reunión de la noche. Los creyentes llegaban unos pocos a la vez, y llamaban en silencio a la puerta antes de entrar en el lugar y quitarse los zapatos. Algunas de las mujeres se quitaron los velos de la cabeza antes de sentarse en alfombra azul de patrones intrincados, y a la hora indicada Soro cerró la puerta y colocó toallas enrolladas en el umbral para bloquear el sonido. La puerta permanecería cerrada durante la siguiente hora y media sin importar quién llamara. En cuanto sonó el cerrojo, aquellos con Biblias las sacaron al descubierto. El grupo oró, leyó las Escrituras, escuchó la enseñanza, celebró la comunión y cantó canciones de adoración con voces apagadas. Mientras tanto, otros miembros del grupo montaban guardia cerca de las ventanas. Al concluir la reunión, los miembros del grupo se fueron de la misma manera en que llegaron: por medio de
Leer másWalter era un nuevo creyente, y estaba asustado. La mayoría de la gente de su aldea pensaba que cualquiera que dejara el hinduismo estaba rechazando la cultura india, por lo que los cristianos eran muy criticados por sus vecinos. Aunque Walter era reacio a hablar de su fe, admiraba la valentía de su pastor. Finalmente, decidió visitar una aldea vecina con el pastor Joseph. Cuando una familia hindú les pidió que oraran por un miembro enfermo de la familia, entraron con gusto en su casa. Pero al salir, unos cincuenta hombres los estaban esperando. La multitud comenzó a darles una paliza y a golpear su vehículo con palos. Saquearon su vehículo y arrastraron a los cristianos a la estación de policía donde fueron encarcelados. El pastor Joseph perdió cuatro dientes en la paliza, y Walter estaba cubierto de moretones. Pero el pastor no se inmutó. Mientras estaba encogido en el suelo de tierra de la celda, todavía con dolor por la golpiza, no podía dejar de hablar de Jesús con los otros prisioneros de la celda. Walter vio como tres de sus compañeros de celda le entregaron su vida a Cristo. De repente, algo dentro de él se desbordó. Se
Leer másCuando el oficial de seguridad del aeropuerto me dio una palmada en el hombro (Petr) y me hizo un gesto para que lo siguiera, no pensé mucho en ello. Era el 10 de diciembre de 2015, y me dirigía a casa después de pasar cuatro días en Sudán en reuniones con cristianos para evaluar cómo VOM podría ayudar a la iglesia allá. Con mi tarjeta de embarque en la mano supuse que simplemente se me someterían a un control de seguridad adicional en el aeropuerto de Jartum. Todo parecía de rutina hasta que el oficial extendió varias fotografías ante mí en una mesa. Miré con asombro las fotografías que me tomaron fuera de mi hotel y otras fotos mías en un restaurante donde había compartido una comida con un pastor sudanés. Claramente, había estado bajo vigilancia por la policía sudanesa desde que entré al país. Miré nerviosamente mi reloj. Mi avión estaba a punto de despegar y yo no estaría en él. En cambio, estaba siendo acusado falsamente de múltiples delitos, incluido el de espionaje y el de entrar a Sudán ilegalmente. PREPARADO PARA EL SUFRIMIENTO Cuando era adolescente, mi padre me entregó un libro un día y simplemente me
Leer más«¡No, usted no le puede hablar a los demás sobre el cristianismo! —lo regaño la maestra—. No puede estar haciendo esto porque el cristianismo es una religión estadounidense y es una religión muy mala». Las duras palabras de la maestra de bachillerato no sorprendieron ni desanimaron al joven Hanh. Desde que vio cómo el evangelio había cambiado a su padre alcohólico, había querido seguir a Cristo y hablarles a otros acerca de Él. Pero ser cristiano y compartir tu fe en el comunista Vietnam no está exento de consecuencias. Compartir a Cristo es ilegal, y Hanh lo sabía. Los que evangelizan son duramente reprendidos. Algunos han sido multados o expulsados de la escuela, mientras que otros han sido golpeados, encarcelados y desalojados de sus aldeas. Hanh es uno de varias docenas de jóvenes vietnamitas cristianos que están realizando un estudio bíblico sobre la vida de Cristo. El grupo comenzó a reunirse dos días a la semana para repasar la serie de seis libros, pero su hambre por aprender era tan grande que decidieron reunirse todas las noches. Al ser confrontado por su enojada maestra en el bachillerato, Hanh consideró su respuesta en oración. «Dejaré de seguir a Cristo si puede
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