Dios salva a niño nigeriano de ataque islámico
Nigeria
Nankpak Kumzwam, de ocho años, vio a su madre tumbada boca abajo en el suelo mientras un alborotador islámico corría hacia ellos gritando. Su mejilla estaba manchada de sangre seca por una herida de bala, y parecía física y emocionalmente drenada. Habían dormido en el suelo durante las últimas dos noches mientras huían de los alborotadores merodeadores. Y acababan de escuchar noticias desgarradoras: los alborotadores habían matado al padre de Nankpak.
Cuando Nankpak vio a su madre tumbarse de miedo y agotamiento, hizo lo mismo. El alborotador musulmán que corría hacia ellos sabía que eran cristianos y que el padre de Nankpak era pastor, por lo que inmediatamente los atacó con un machete. Como supuso que había matado a Nankpak, así como a su madre, a su hermano y a su hermana, el atacante finalmente se alejó. Pero hubo un sobreviviente.
EL JOVEN SOBREVIVIENTE
Cuando Nankpak recuperó el conocimiento, supo que su madre, su hermana y su hermano estaban muertos. Sangrando por las heridas de machete y la herida de bala que había sufrido el día anterior, Nankpak caminó por el monte para encontrar ayuda, y, finalmente, llegó a casa de un amigo.
Después de recibir tratamiento, Nankpak se mudó con un tío hasta que se inscribió en una escuela en un área segura. VOM le brindó apoyo, al igual que apoya a muchos creyentes perseguidos en el norte de Nigeria, con atención médica, alimentos y gastos de manutención, educación, capacitación vocacional y aliento espiritual.
Nankpak completó el bachillerato y espera convertirse en médico para poder atender a los cristianos perseguidos. Está listo para servir dondequiera que Dios lo llame.
«Realmente no necesito tener miedo —dijo Nankpak—. Fui la única persona que pudo escapar. Creo que Dios tiene una razón».
EXTRAÑANDO A SU FAMILIA
Nankpak piensa a menudo en su familia y especialmente extraña a su padre.
«Muchas veces [iba] de un lugar a otro hablando la Palabra de Dios —recuerda Nankpak—. Cada vez que él [estaba] en casa, pasábamos mucho tiempo hablando de la Palabra de Dios».
Su padre también les enseñó a sus hijos a vivir de modo pacífico entre los musulmanes. «Siempre nos dijo que nos amáramos unos a otros […] para compartir las Buenas Nuevas», dijo Nankpak.
Nankpak espera que aquellos que escuchen su historia oren por los cristianos perseguidos.
«Me gustaría que la gente orara por los perseguidos en Nigeria y en otros lugares, porque no solo Nigeria está sufriendo persecuciones —dijo—. Creo que es algo por lo que el mundo entero debe preocuparse».