“Tras haber enfrentado falsas acusaciones, encarcelamiento y un atentado contra su vida, un pastor en Bangladés permanece enfocado en compartir el Evangelio”. La pasión de Omar por proclamar la verdad de Cristo surgió de forma natural, y casi inmediatamente después de su primer acercamiento al Evangelio. Un día, mientras estaba sentado en un parque, un hombre se acercó a él y le entregó un folleto del Evangelio. Omar, entonces de 21 años, abrió el folleto y lo leyó durante 20 minutos mientras el hombre estaba a su lado. —¿Tienes alguna pregunta? — preguntó el hombre. —¿Dónde estoy yo en esto? —Omar se preguntó en voz alta. Acababa de leer por primera vez que Jesucristo había muerto por él. Sin conocer de Jesús, Omar cuestionó todo en ese momento. Decidido a conocer más, pronto compró una Biblia y comenzó a analizar sus páginas para encontrar las partes acerca de Jesús. Un pasaje clave que llamó su atención fue Juan 14:6, en el que Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. “Después de eso, decidí pasar del islam a Cristo”, dijo Omar. Omar, que ahora tiene 42 años, dijo que
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A los 25 años, Abdul había logrado su objetivo de convertirse en imán. Casi al mismo tiempo, también comenzó a enseñar árabe, el idioma del Corán y otros textos islámicos, a jóvenes estudiantes en Bangladés. Después de estudiar y enseñar los textos durante los siguientes 25 años, se sintió atraído por el profeta Isa (Jesús), mencionado en el Corán. Aunque nunca había leído una Biblia, Abdul sintió que tenía que haber más acerca de Jesús que lo que había aprendido a través de sus estudios islámicos. Una noche, mientras manejaba su bicicleta, Abdul, que para ese momento tenía 50 años, se encontró por varios minutos con lo que parecía ser una luz brillante y se vio obligado a detener su bicicleta debajo de un árbol. Luego oyó una voz que le hablaba. “Era claro que alguien me hablaba —recordó Abdul—. Me quedé allí y no vi nada. No tenía miedo, pero me quedé allí y escuché”. “No vayas por este camino; toma este otro”, dijo la voz. Confundido, se fue a casa en su bicicleta. Algún tiempo después, mientras caminaba solo por la noche, volvió a escuchar la voz. “Hay tantos profetas, tantos que han muerto —dijo la voz—. Pero
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Al crecer en un Bangladés predominantemente musulmán, la vida de Fedu estuvo impregnada por el islam. Su padre era un imán, y su abuelo le contaba historias de sus peregrinaciones a La Meca. Fedu estudió en una escuela islámica y, al igual que su padre y sus tres hermanos, se convirtió en un erudito e imán musulmán, y finalmente llegó a enseñar en una mezquita en la capital de Bangladés, Dhaka. Mientras trabajaba en la mezquita un día de 1996, Fedu conoció a un estudiante llamado Azad de una universidad cercana. Los dos entablaron una conversación y rápidamente se hicieron amigos. Sin embargo, cuando Fedu se enteró dos años después de que Azad se había convertido al cristianismo, comenzó a preocuparse por él. Sabía que los musulmanes de su mezquita se enterarían de la conversión de Azad, y también sabía que las autoridades musulmanas locales eran unos de los peores perseguidores de cristianos en Bangladés. En lugar de defender a su amigo, Fedu dejó de hablarle por completo. Luego, 15 años después, Fedu recibió una llamada de Azad, quien había sentido que Dios lo estaba empujando a volver a conectarse con su viejo amigo. Mientras los dos se ponían al
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Después de haber adorado juntos pacíficamente en una cabaña de hojalata durante más de 10 años, una iglesia de más de 20 familias del pueblo chakma recientemente comenzó a construir un lugar de reunión en su aldea. Poco después de que comenzó la construcción, una organización mayoritariamente budista conocida como el Ejército Clandestino destruyó las ventanas del recinto y amenazó con torturar o matar a los hombres de la iglesia, quienes huyeron a la selva durante varias semanas. Asustados, las mujeres y los niños de la iglesia vivían juntos en una casa por seguridad. Finalmente, el Ejército Clandestino encontró a las mujeres y las golpeó con bastones, dejándolas lesionadas. Los budistas militantes saquearon las casas vacías de los creyentes, y les robaron sus cosechas y ganado. Por su seguridad, los niños cristianos no han asistido a la escuela desde el ataque inicial. Oremos por que las familias permanezcan fuertes en su fe a pesar del dolor que han soportado y la incertidumbre que enfrentan. Oremos por que los budistas puedan ver el evangelio en la vida de aquellos a quienes persiguen y se arrepientan. Oremos por que la iglesia termine la construcción de su lugar de reunión. Haz clic aquí
Leer másLos creyentes de una comunidad particular en Bangladés están pidiendo oración después de que unos atacantes destruyeran sus hogares y agredieran a las mujeres de la comunidad. Un contacto local escribió que los agresores habían atacado justo la noche anterior. Durante los ataques anteriores, los hombres de la aldea habían huido y los atacantes habían dejado en paz a las mujeres y a los niños. Sin embargo, esta vez los atacantes agredieron a las mujeres, dejando a muchas heridas. Luego, los atacantes llamaron a los obreros de primera línea de la región y amenazaron con matarlos si volvían a visitar la comunidad. Después, el ejército arrestó a los líderes de la aldea, pero no pudieron identificar a los atacantes. Los contactos de VOM trasladaron a los creyentes a un refugio temporal, y las víctimas están viviendo con mucho miedo. Oremos por que Dios calme sus corazones con su paz sobrenatural, sus atacantes sean encontrados y se les haga justicia.
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