En Chiapas, el estado más meridional de México, las familias cristianas a menudo pierden sus medios de subsistencia cuando quienes se oponen a su fe confiscan sus tierras y las expulsan de su aldea. Un ministerio llamado Casas de Refugio proporciona casas de una habitación con un porche y una letrina para tales familias, y pueden permanecer hasta un año mientras intentan reubicarse en un área donde puedan vivir libres de persecución. Las familias reciben aliento espiritual, así como capacitación práctica en el cultivo de café, la cría de ganado y el cultivo de maíz y otros cultivos para ayudarlos a mantenerse. Algunas de las mujeres reciben capacitación sobre cómo iniciar y operar una pequeña tienda de comestibles. Después de sentir el llamado de Dios, Pablo, residente de las Casas de Refugio, recibió la comisión de regresar al área donde había vivido anteriormente para proclamarles el evangelio a sus perseguidores. Haz clic aquí para conocer más sobre la persecución contra los cristianos en México y saber cómo orar.
Leer másFlavio llegó a la fe en Cristo cuando, al buscar trabajo en una ciudad lejos de su pueblo natal, alguien le dio una biblia. Al regresar a casa, Flavio compartió el evangelio con su familia, y todos recibieron a Cristo. Las doce personas de la familia de Flavio son los únicos cristianos de su pueblo. Como muchos de los miembros de la familia de Flavio padecen una enfermedad degenerativa que causa parálisis, otros en su aldea culpan de la enfermedad de la familia a su fe en Cristo. Los aldeanos también se niegan a comprar en la pequeña tienda de la familia debido a sus creencias cristianas. Oremos por que los miembros de la familia sean sanados de esa enfermedad, por que Flavio y su familia permanezcan firmes en su fe en medio de la hostilidad de su comunidad y también por que su testimonio fiel lleve a otros a confiar en Cristo. Haz clic aquí para conocer más sobre la persecución contra los cristianos en México y saber cómo orar.
Leer másUnos cristianos en el estado de Oaxaca recientemente se bautizaron para proclamar su fe públicamente a pesar de la oposición continua de su comunidad. En los últimos años, los miembros de la comunidad se han opuesto abiertamente a los cristianos, presentando acusaciones falsas contra ellos, acusándolos de ladrones, destruyendo sus hogares y disparándoles al azar. Debido a esta hostilidad, los cristianos planearon realizar bautizos, esperando que los miembros de la comunidad se opusieran o impidieran la reunión. Sin embargo, los cristianos celebraron el servicio públicamente y el pastor predicó el evangelio abiertamente, bautizando a muchos nuevos creyentes en obediencia a la Palabra de Dios sin oposición de la comunidad. Alabado sea Dios por la audaz obediencia de los creyentes en medio de una comunidad hostil. Oremos por que su testimonio valiente guíe a otros en su comunidad a la fe en Cristo. Haz clic aquí para conocer más sobre la persecución contra los cristianos en México y saber cómo orar.
Leer másFeliciano había recibido la orden de comparecer en una asamblea comunitaria para que los otros líderes pudieran interrogarlo sobre las nuevas ideas que había estado enseñando en El Avellanal, Chiapas. «¡Usted ha cambiado su manera de pensar! —le dijeron acusándolo—. Habla como evangélico». A los 52 años, Feliciano Ruiz Cruz estaba contento con su vida. Tenía una buena esposa y ocho hijos. Él y sus tres hijos mayores, todos casados, cultivaban sus tierras y mantenían a toda la familia. Feliciano era uno de los cuatro líderes laicos en su iglesia católica tradicionalista local. También era miembro del grupo rebelde zapatista de izquierda y un miembro respetado de su comunidad. Todo eso cambió un día de abril de 2013. Mientras leía la Biblia, fue convencido por el Espíritu Santo de que su adoración de ídolos era pecaminosa. Se dio cuenta de que la adoración idólatra de santos y dioses en su iglesia tradicionalista estaba mal, y pronto le comenzó a enseñar a los demás lo que había aprendido. Otros en la comunidad comenzaron a darse cuenta, y sus tres colíderes en la iglesia le pidieron que compareciera en la asamblea comunitaria de El Avellanal para responder sus preguntas. La región alrededor de
Leer másCuando Roberto Santo Gómez reflexionó sobre su vida, sintió que no había logrado mucho. Estaba vacío por dentro y su corazón, lleno de odio. Como miembro del grupo rebelde zapatista de izquierda, su trabajo consistía en quitarle a la gente su dinero, traficar con drogas y luchar contra el gobierno. Pero eso no le había dado sentido a su vida, y ahora se sentía atrapado por la «causa» zapatista. Después de considerar sus opciones, Roberto decidió que iría al norte a los Estados Unidos y trataría de ganar algo de dinero. Como muchos otros antes que él, Roberto se subió al tren que va desde Chiapas en el sur de México hasta la frontera con los Estados Unidos. Sin embargo, el viaje no fue como había planeado. Roberto se cayó del tren, lo que le valió perder el brazo izquierdo y lo dejó con múltiples fracturas. Mientras yacía en el suelo con un dolor agonizante, de repente recordó las palabras de un predicador callejero que una vez escuchó en un parque, y sus pensamientos se volvieron hacia Dios. «Dios, si existes, dame otra oportunidad —oró—. Concédeme la vida, y me levantaré y te buscaré y hablaré de ti». Dios respondió
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