Según el calendario de actividades de Bao y Chi, esperan una gran cosecha pronto en Vietnam. Desde 2000, los dos han viajado por la región central del país compartiendo el evangelio entre grupos tribales que practican una mezcla de culto a los antepasados y budismo. Y hace dos años, a pesar de los repetidos arrestos y otras formas de acoso por parte de la policía, decidieron dedicarse a tiempo completo al ministerio. El matrimonio ahora entrena y discipula a cristianos de diez tribus, visitando cada tribu durante dos o tres días a la vez. «La obra de Dios está aumentando, y hay más tribus con las cuales trabajar», dijo Bao. Los de los grupos tribales generalmente son vistos como ciudadanos de segunda clase en Vietnam, e incluso los obreros cristianos rara vez se acercan a ellos. La mayor parte del trabajo evangélico en el país se centra en aquellos que viven en ciudades más grandes. Bao, Chi y sus dos hijos se mudaron a una aldea entre los H’re en 2004, cultivando la tierra, criando ganado y desarrollando relaciones. Pronto ampliaron su alcance a otras tribus, lo que los obligó a recorrer los caminos fangosos y montañosos en motocicleta para
Leer másCasi nadie estaba a favor de que Mai se casara con el pastor Giang. Sus familiares, quienes son comunistas, se opusieron firmemente al matrimonio, al igual que los funcionarios locales del Partido Comunista y sus amigas de la escuela donde trabajaba. «Mi hermano mayor es policía de la ciudad y ocupa una posición muy alta en la provincia —explicó Mai—, y mis dos hermanos menores también son policías. Me [prohibieron] casarme con él». Pero Mai decidió casarse con el pastor Giang en contra de los deseos de sus familiares y amigos, y pronto pagó un precio por ello. Cuando el Gobierno vietnamita se enteró de que se había casado con un pastor y luego confirmó que también se había convertido al cristianismo, la despidieron de su puesto como subdirectora de la escuela. Al principio, Mai se preocupó por estar desempleada, pero Giang, quien había tenido problemas para encontrar trabajo en el pasado, le leyó versículos de las Escrituras y la hizo sentirse segura con respecto a la provisión de Dios. Pronto Mai encontró un nuevo propósito: servir al Señor al lado de su esposo. Con los antecedentes de Mai en educación y la experiencia de Giang en el ministerio, comenzaron
Leer másA las 9 a.m. comenzaron de nuevo las palizas. Los agentes de policía arrastraron a los dos evangelistas magullados fuera de la estación de policía a la plaza del pueblo, donde una gran multitud se había reunido para tener el privilegio de golpear a estos «propagadores de mentiras y rebelión». Cuando más de cien personas dieron un paso al frente para golpear a los evangelistas, los dos hombres permanecieron en silencio. «¡Canallas!», abucheó la multitud que observaba. La paliza duró tres horas. COMPARTIERON LA FE CON VALENTÍA Hy y Tan son del norte de Vietnam. Los dos hombres se convirtieron en creyentes en 1996 después de escuchar la programación de radio cristiana patrocinada por VOM a través de la Far East Broadcasting Company (FEBC). Los nuevos cristianos se dedicaron a compartir el evangelio con los pueblos tribales de su área, la mayoría de los cuales tienen creencias animistas. Golpeados por evangelizar Un día, mientras salían de una aldea donde habían estado trabajando, las autoridades detuvieron a Hy y Tan y los llevaron a la estación de policía de la aldea. Después de ser esposados juntos, se les dijo que era ilegal proclamar el evangelio. Los agentes de policía comenzaron a pegarles,
Leer másEL PASTOR FUGITIVO DE VIETNAM Tras dirigir la oración de su congregación de la etnia hmong un domingo por la mañana en el otoño de 2002, el pastor Foom Chao abrió los ojos y se encontró con la alarmante imagen de varios policías vietnamitas que esperaban para detenerlo. Foom había sido detenido más de 10 veces por llevar biblias a los hmong en las selvas de Vietnam, pero las autoridades nunca habían interrumpido un servicio de la iglesia para detenerlo. Mientras los agentes esposaban a Foom y se lo llevaban le dijeron que esa sería la última vez. «Ya no te liberaremos», le dijo el agente que lo detuvo. Foom se dio cuenta de que tal vez no volvería a ver a su mujer y a sus tres hijos, y consideró la posibilidad de que las autoridades pudieran incluso matarlo, así que mientras los agentes lo escoltaban esposado por un camino pedregoso en medio de un río, el pastor se dio la vuelta de repente y corrió hacia las montañas cercanas. Los policías persiguieron a Foom en la selva, pero lo perdieron en el espeso verde follaje. Cuando el sol comenzó a ponerse, Foom se escondió en silencio en la
Leer másCada fin de semana, Linh y su esposo viajan cinco horas en motocicleta para llevar el evangelio a una aldea que alguna vez temió Linh. La aldea, conocida como una «aldea de héroes comunistas», fue el hogar de varios soldados que murieron luchando contra los Estados Unidos en la guerra de Vietnam. Los aldeanos se enorgullecen de los héroes caídos de su comunidad y aprecian profundamente su forma de vida comunista. Muchos de los aldeanos vivían allí durante la guerra y recuerdan a los que murieron. En un país donde la mayoría de la población practica el culto a los antepasados, la veneración de los que lucharon y murieron por el comunismo se considera un deber sagrado. Algunos ven a los héroes caídos como los espíritus guardianes de la aldea, y se invoca su memoria para promover el nacionalismo y el orgullo comunista. Inicialmente, el esposo de Linh no quería que ella trabajara en la aldea; temía que sería arrestada. Sin embargo, con el tiempo se sintió obligado a apoyarla y continúa orando por su éxito. Aunque viaja al pueblo con ella cada vez, se queda en la motocicleta mientras Linh comparte el evangelio. No cualquiera puede entrar a la
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