Historias de mártires cristianos: Horace Tracy Pitkin
China
Horace Pitkin era un estadounidense de sangre azul de la costa este, un pariente lejano del fiscal general de la época colonial de Connecticut y también pariente de Elihu Yale, fundador de la gran Universidad de Yale, de la cual Pitkin se graduó en 1892, en el apogeo de la Edad Dorada de los Estados Unidos. También fue la era del «cristianismo musculoso», una mezcla de desarrollo físico y espiritual robusto, junto con un optimismo casi ilimitado de que el nuevo siglo que se avecinaba sería el siglo cristiano, tiempo en que se cumpliría el mandato de evangelizar a todo el mundo.
Para los hombres de Yale como Pitkin (fuertes, carismáticos y talentosos), la arena donde todas las virtudes serían probadas era China. De hecho, Horace organizó la primera Banda de Estudiantes Voluntarios de Yale para misiones extranjeras. Luego, asistió al Seminario de la Unión en Nueva York. Posteriormente, se casó con Letitia Thomas y zarparon hacia la provincia de Hunan, en el centro de China.
Pitkin estaba a cargo de la estación de la Junta Estadounidense de Comisionados para Misiones Extranjeras en Hunan. Si bien su función era la de organizar, no era ajeno a los riesgos que corrían. Ya que cuando llegaron las noticias de Pekín y los bóxers comenzaron a mostrar una agresión incesante, envió a su esposa e hijo de regreso a los Estados Unidos.
El sábado 30 de junio de 1900, el complejo presbiteriano ubicado en el lado norte de Paoting fue atacado. El cirujano misionero, el Dr. G. B. Taylor, salió a alegar la buena voluntad de los misioneros, pero fue decapitado de inmediato, y su cabeza fue exhibida en un templo cercano. Los presbiterianos restantes fueron quemados dentro de una de las casas.
Las noticias viajaron rápidamente al lado sur de la ciudad, donde Pitkin y dos mujeres del personal habían quedado atrapados en la oficina de la Junta Estadounidense. Para las nueve de la mañana, los bóxers llegaron. Pitkin murió mientras trataba de defender a los demás.
En 1901, en Yale, cuatro amigos crearon una sociedad misionera (que todavía existe hoy). Su trabajo, en honor a Pitkin y a otros, incluyó un hospital y una escuela en la provincia de Hunan.