Palabra de Dios para los ganaderos
Kenia
Cuando Amina conoció a una pareja de misioneros en Nyeri, un pueblo en el centro de Kenia, una de las primeras cosas que le preguntaron fue: “¿Conoces a Jesús?”. Amina respondió que como miembro de la tribu nómada Borana, ella era musulmana. “Entonces no conoces la verdad”, le dijo la pareja.
“Háblame de este Jesús”, dijo Amina. La misionera, Cheryl, le dio a Amina su número de teléfono y la invitó a llamarle, y Amina lo hizo al día siguiente.
Después de varias discusiones, y de estudiar versículos de las Escrituras, Amina puso su fe en Cristo. “¿Puedes orar conmigo por teléfono para aceptar a Jesús?”, le preguntó a Cheryl.
Cheryl le advirtió a Amina que ella debía estar segura, porque convertirse en cristiana daría como resultado persecución por parte de su familia. Pero después de haber estudiado la Biblia que los misioneros le dieron, especialmente el Evangelio de Juan, Amina estuvo segura de que la Biblia era verdad y que debía dejar el islam por Cristo.
La persecución de la que Cheryl le había advertido se hizo realidad rápidamente. La próxima vez que Amina visitó la casa de sus padres, su hermano se enfureció al saber que ella seguía a Jesús. La abofeteó y partió su Biblia por la mitad. “Lo peor de todo es que me llamó pagana”, dijo.
Aunque los padres de Amina la echaron de su casa, ella no se dejó intimidar en su deseo de compartir su fe cristiana. Comenzó a orar para que su familia llegara a conocer la verdad, y comenzó a compartir el Evangelio con todos a su alrededor.
Entonces la persecución se intensificó. Su esposo musulmán se divorció de ella y se mudó a Nairobi, ladrones irrumpieron en su apartamento y robaron sus posesiones, y luego perdió su empleo. “Me sentía desesperada —dijo Amina—. ¿Por qué estaba sucediendo todo eso? Oré a Dios: “Si tú eres Dios, dame un empleo”. A la semana siguiente, la llamaron para una entrevista y consiguió un trabajo que le pagaba el doble de su salario anterior.
A través de todas sus dificultades, Amina se ha apoyado en su Biblia para obtener fortaleza y aliento. “La Biblia ha sido una armadura para mí —dijo—. La Palabra de Dios ha sido mi arma, y la Palabra me ha hecho crecer espiritualmente”.
Dando fruto
Durante los casi 10 años que Amina ha sido cristiana, ha compartido el Evangelio con casi todos en su familia. “Antes de que mi madre muriera —dijo—, solía decirle que si daba su vida a Jesús y si creía en la verdad, tendría vida después de la muerte”.
Una vez, cuando la madre de Amina estaba enferma, ella y Cheryl la visitaron en el hospital y oraron por ella. La madre de Amina se recuperó y vivió varios años más. Y posteriormente, la familia de Amina fue más tolerante a escuchar el Evangelio.
Cuando la madre de Amina estuvo cerca del final de su vida, mantuvo una Biblia en idioma borana cerca de su cama de hospital y pedía a otros que se la leyeran. Antes de morir, le dio la Biblia a la hermana de Amina.
Mientras que algunos de los miembros de la familia de Amina no querían oír hablar de Cristo, otros en la comunidad eran más receptivos. “No tenemos ninguna queja con tu fe —dijeron—, porque cada uno puede elegir su propia fe”.
Hace varios años, La Voz de los Mártires (VOM) entregó a Amina algunas Biblias en audio en el idioma Borana. “Las Biblias en audio realmente nos han ayudado a mí y a mi familia, como a mi tía —dijo Amina—. Ella sigue escuchándola. Está en su idioma y es más fácil que ella la entienda. Apenas el otro día llamó y dijo que el problema con el Corán es que no cree que Jesús sea el Hijo de Dios. Ella cree de alguna manera, pero se preocupa. Es debido a que la mayoría de la comunidad es musulmana, y ella teme por su vida”.
Para el pueblo Borana, que mide su riqueza en ganado, las Biblias en audio son la forma ideal de escuchar el Evangelio. “Ellos pueden ponerse los auriculares y escuchar mientras pastorean animales —dijo Amina—. La Biblia en audio los ha cambiado”.
Amina está enseñando la Palabra de Dios a sus dos hijas, y su hija de 5 años, en particular, ama la Biblia. Amina dijo que ella pidió un libro de historias bíblicas, que a menudo le lee tres veces al día.
Amina reconoció la verdad de las Escrituras y respondió con fe cuando escuchó el Evangelio por primera vez. Obedientemente compartió las Buenas Nuevas con sus familiares y con la comunidad, ha permanecido fiel a Dios incluso al atravesar dolor personal. Ella cree que su testimonio, combinado con la verdad de las Escrituras y la obra del Espíritu Santo, está teniendo un efecto en sus familiares que leen y escuchan la Biblia.